
Paritarias seguridad privada: trabajadores pobres, ganancias millonarias y el futuro sombrío de una actividad en caída libre.
La paritaria de los trabajadores de seguridad está que arde: la efímera unión de los gremios del interior se disolvió cuando Julio Gutiérrez de UPSAP, se arrimó a Celestina Ferrara, mujer de Ángel García y apoderada de UPSRA. Ese fue el punto de partida para que SUVICO, el gremio más influyente de FATRASEP, diera el portazo. El límite para el cordobés fue hacer alianzas con los que durante décadas perjudicaron a los trabajadores.
Ahora bien, la salida de SUVICO de la Federación dejó un tendal de comunicados indicando, tal como quinceañera despechada, que el gremio cordobés no renunció a FATRASEP si no que ellos los echaron, o acusaciones infantiles disputándose que espacio gremial es más “traidor” a los trabajadores y cual pelea más por una paritaria digna. Pues, en el siguiente informe, echaremos luz sobre el tema.
Como marco de introducción, diremos que pese al hermetismo con que se manejan los números, el único espacio que salió a decir públicamente que monto pedirían en la paritaria, fue el de los trabajadores que encuadra Gustavo Pedrocca, quien oportunamente había comunicado que en la mesa de discusión con CAESI se solicitó un salario de $350.000. Tanto FATRASEP como su nuevo aliado Ángel García, con recelo se guardaron la información, como si la expectativa de un salario digno fuera la fórmula secreta de la Coca-Cola.
Hasta el momento tenemos los números a los cuales ha llegado SUVICO y son los siguientes:
Julio: Bruto: $243.000, Neto: $209.340 (se cobra en agosto)
Septiembre: Bruto: $285.000, Neto $240.400 (se cobra en octubre)
Noviembre: Bruto: $340.000, Neto: $295.400 (se cobra en diciembre)
Con revisión en octubre.
Seguramente, porcentaje mas o menos, esos serán los números que cierren el resto de los gremios paritarios a nivel nacional.
La pregunta es: a este ritmo inflacionario, ¿será suficiente? Veamos.
Canasta básica vs. salarios.
Los últimos datos aportados por el INDEC son del mes de abril y arrojan una canasta básica de $203.361. A su vez, el Instituto de Estadísticas informa que el porcentaje interanual de aumento de la CBT fue del 113,5% lo que arrojaría un 9,4% mensual desde abril 2022 a abril 2023. Suponiendo que el ritmo inflacionario se estanque en el mismo porcentaje, según nuestra previsión, habremos tenido en mayo una canasta básica que rondaría los $220.000 (este dato se conocerá hoy) y de acuerdo a esa proyección, el importe que marcará si los argentinos estamos por debajo de la línea de la pobreza en este mes de junio, será si nuestros ingresos son superiores a $243.389
Mientras realizábamos esta nota, el INDEC informó que la canasta básica de mayo fue $217.916
Si continuamos proyectando, las cifras de la canasta básica se elevarían a estos valores:
Julio $266.268
Agosto $291.297
Septiembre $318.679
Octubre $348.365
Noviembre $381.407
Diciembre $417.259
Por lo tanto, la comparativa entre los 3 tramos de la paritaria que estaría a punto de cerrarse y la canasta básica sería la siguiente:
Agosto:
Salario: $209.340 neto
CBT: $291.297
Diferencia: -$81.957
Octubre:
Salario: $240.400 neto
CBT: $348.365
Diferencia: -$107.965
Diciembre:
Salario: $295.400
CBT: $417.259
Diferencia: -$121.659
La pregunta que el trabajador de seguridad privada se hace es la siguiente: ¿podremos algún día alcanzar a cubrir mínimamente los alimentos básicos para el sustento de nuestras familias? Parece que no, al menos con esta camada de empresarios y la casta dirigencial actual, que firman las paritarias y que no hace otra cosa que vender humo en redes sociales.
La estructura de costos de CAESI
La cámara empresarial factura aproximadamente un 175% más del salario de un trabajador de seguridad privada a sus clientes contratantes. Por lo tanto, las empresas que tengan servicios de vigilancia, deberán, con este nuevo incremento, abonar en noviembre, aproximadamente $935.000 por cada vigilador que tengan.
La estructura de costos que CAESI le factura a sus clientes se divide en dos: un 87% corresponde a “costos de mano de obra operativa” donde se tiene en cuenta salarios, gastos de habilitación, uniformes, y hasta gastos por pago de antigüedad aunque el empleado haya ingresado ayer, y un 17% a «costos operacionales” que incluyen gastos de estructura administrativa y costos directos e indirectos operacionales.
En definitiva, montar una empresa de seguridad es uno de los negocios más rentables. No se invierte en medios de producción ni en materia prima y con la estructura de costos que maneja el sector patronal, el riesgo es casi nulo. Sumado a eso, los incumplimientos en las obligaciones salariales y los subsidios y beneficios que cobran del estado hacen que las ganancias de los empresarios sean suculentas y abultadas.
Seguridad privada: ¿Camino a la extinción?
En las actuales condiciones, la seguridad privada corre serio riesgo de desaparecer tal como la conocemos hoy. Los abultados costos que los empresarios facturan a sus clientes, ocasionaran irremediables pérdidas de puestos de trabajo o, en el mejor de los casos, el desmembramiento de la actividad: ya hubo amagues de traspasar a los trabajadores de seguridad electrónica al gremio de Comercio. “Si los empresarios de la actividad no buscan un equilibrio entre sus costos dibujados y los salarios de sus empleados, no habrá quien pague por un servicio donde en muchos casos, ni se capacita al personal para cumplir con sus funciones. Es como ir al mercado y pagar un producto caro y de baja calidad”, explicó Christian López, del Bloque Nacional de Seguridad Privada. “Ahí entra el juego de los clientes contratantes: empiezan a argumentar que los costos son altísimos, a regatear los precios y las empresas de seguridad, para no perder al cliente, reducen los precios incumpliendo sus obligaciones salariales, pero ojo, no tocan sus ganancias. Esto genera que se podrán firmar paritarias altísimas para los trabajadores que nadie va a cumplir como ya ocurre, en especial en el interior del país. El resultado de la ecuación termina siendo siempre el mismo: el cliente no pierde, el empresario de seguridad no pierde, los organismos de control ganan su comisión por mirar para otro lado, y quienes terminan perjudicados son los laburantes cuyos sueldos no les alcanzan para cubrir algo tan básico como los alimentos”, sostuvo el dirigente moyanista.
Otro factor que sin dudas propicia el augurio del colapso en la seguridad privada es la endeble situación gremial: UPSRA quien es el gremio nacional, se encuentra en un estado prácticamente de acefalia y totalmente debilitado. Durante los últimos 15 años, vieron la luz una veintena de gremios donde los trabajadores recurrieron ante la falta de contención del sindicato que dirige desde hace 40 años Ángel García.
“Esa atomización hace que hoy el sector empresarial tenga que atender los reclamos de un montón de sindicatos y sea prácticamente imposible llevar adelante un negocio, mas que nada porque los gremios no reclaman en las puertas de las empresas de seguridad, lo hacen en nuestros locales”, sostuvo un directivo de una importante cadena de supermercados que es usuaria de los servicios de vigilancia.
Consultado al respecto, Christian López reconoció este problema y aclaró: “En cierto punto es cierto, pero hay que tener en cuenta que la atomización gremial fue propiciada por el sector empresarial que le sirvió en su momento dividir la fuerza de los laburantes. Al mejor estilo de Victor Frankenstein, han creado un monstruo que se les dio vuelta y ahora es un problema”, reconoció el dirigente quien anunció que su proyecto es “un único gremio sólido, representativo y federal”.
Debido a la legislación que regula a la seguridad privada, el negocio no puede estar en manos de cualquiera: se necesita una habilitación especial y se deben cumplir ciertos requisitos. “Sería mucho más barato que los que necesitamos contratar seguridad lo podamos hacer directamente sin mediar una empresa de seguridad, pero eso, hoy, la ley lo prohíbe”, explicó un empresario del rubro logístico. ¿Será así por siempre? No lo sabemos, en el sector hay gran preocupación por el encuadre aun sin homologar del Sindicato de Empleados de Comercio y la cámara patronal CASEL, algo que sentaría un peligroso antecedente en la actividad, pero es hora que todos activen sus alarmas y entiendan que la seguridad privada, así, está al borde de desaparecer.