
Custodios privados amenazan con paralizar el Subte si no se atienden sus reclamos
El Sindicato Unidos Trabajadores Custodios Argentinos (SUTCA), que agrupa a los vigiladores privados, exige una respuesta inmediata a sus demandas por parte de las empresas tercerizadas responsables de la seguridad en la red de subterráneos.
Según informo desde el gremio, su secretario Gremial Mario Zelarayan, en caso de no obtener soluciones concretas, podrían llevarse a cabo asambleas sorpresivas en distintas estaciones de todas las líneas del Subte, lo que paralizaría el servicio de manera parcial o total.
Desde hace semanas, distintos grupos de custodios vienen realizando relevamientos en las líneas subterráneas, registrando diversas problemáticas que afectan tanto sus condiciones laborales como la seguridad general del sistema.
Desde SUTCA advirtió su secretario, que estas empresas contratistas actúan en forma coordinada o incluso como parte de un mismo entramado empresarial. A demás denuncia un esquema de rotación constante entre firmas, donde una empresa reemplaza a otra cada uno o dos años, lo que perjudica a los trabajadores al hacerles perder su antigüedad y derechos adquiridos.
Empresas acusadas de abusos laborales en el Subte, con aparente complicidad del Estado.
¿Qué o cuales empresas se refieren en concreto?
Desde el Sindicato Unidos Trabajadores Custodios Argentinos (SUTCA) denuncian que detrás de las graves irregularidades en el sector de vigilancia del Subte se encuentran empresas ya conocidas por prácticas abusivas, persecución sindical y uso sistemático de herramientas como los acuerdos de crisis o el artículo 223 bis. Entre las firmas señaladas se encuentran Murata, Comahue, Líderes y Briefing, que, según el sindicato, cuentan con la venia del gobierno y del propio Ministerio de Trabajo, al permitir y avalar dichas prácticas.
“En muchos casos, los vigiladores son sometidos a situaciones humillantes con tal de asegurar su continuidad laboral en la nueva empresa que toma la concesión», afirmaron desde el gremio.
Durante las recorridas que se vienen realizando en distintas líneas, el sindicato identificó una serie de situaciones graves y preocupantes, entre las que destacan:
Vigiladores apostados en molinetes para evitar que los usuarios salten sin pagar, exponiéndolos a situaciones de violencia física y verbal sin contar con herramientas ni respaldo adecuado.
Trabajadores de edad avanzada o con problemas médicos obligados a cumplir tareas físicas exigentes, a pesar de contar con diagnósticos que desaconsejan ese tipo de funciones. Se han registrado casos de compañeros con diabetes, afecciones en las piernas, e incluso secuelas de ACV, que fueron recientemente reincorporados tras licencias médicas prolongadas y que deberían estar en puestos menos exigentes o que les permitan trabajar sentados. En cambio, son asignados sin miramientos a tareas de alto riesgo o esfuerzo. Además, desde el sindicato remarcan que no se respeta el fallo judicial que declaró el trabajo en el subterráneo como actividad insalubre, lo cual establece que la jornada laboral debe ser de seis horas. Esta normativa, que debería ser de cumplimiento obligatorio, sigue siendo ignorada por las empresas y tolerada por las autoridades.